Sin sombras
No deberías ser el secreto de nadie,
hay luces que no deben esconderse,
y tú, amor, naciste para el cielo abierto,
no para esos rincones donde muere el aire.
Eres verdad, y la verdad no se encierra,
no se disfraza ni se calla,
la verdad florece aunque la teman,
y tú floreces aunque te oculten.
No deberías ser el susurro tembloroso
de aquel que ama con miedo,
sino el canto que se alza sin vergüenza,
el nombre pronunciado entre sonrisas.
Si alguien intenta guardarte
como un pecado entre los labios,
recuérdale que el amor no se esconde,
se celebra, se grita, se vive.
Deseo verte caminar sin sombras,
con la frente limpia de silencios,
que el viento te pronuncie sin culpa,
que el mundo te mire y disfrute tu ser.
No eres error ni sombra ni duda,
eres la línea que da sentido al poema,
la llama que insiste en la oscuridad,
el mar que no cabe en lo prohibido.
Y si alguien intenta apagar tu nombre,
prométeme que seguirás siendo tempestad,
que preferirás la soledad desnuda
antes que un amor escondido.
Quien ama en secreto, no ama del todo,
y tú mereces ser amada a plena luz,
sin puertas cerradas ni voces bajas,
como se ama lo eterno, lo cierto, lo libre.
Nunca seas el secreto de nadie.
Mereces ser la verdad que se grita,
el milagro que se muestra,
la historia que brilla, a corazón abierto.