Despedida

Hoy me despido de ti, lentamente,

como aquel que suelta un sueño al viento.

Te amé sin tiempo, sin espacio,

con el alma entera, silenciosamente.


Te amé sin nombre ni destino,

sin promesas, sin final escrito;

te amé sabiendo que el camino

no llevaría jamás a lo infinito.


Fuiste el eco que nunca volvió,

la melodía que la brisa robó,

fuiste esperanza, fuiste herida,

un breve destello, una vida.


Te dejo ir, amor callado,

sin reproche, sin tristeza amarga;

pues aunque no fui tu amado,

mi amor fue verdad, fue llama larga.


Aprendí que amar no es tener,

que hay belleza en la pérdida,

y que el alma, al soltar su pena,

renace pura, libre y serena.


Si algún día atrapas mi mirada,

verás paz donde hubo llanto,

pues el querer sin ser amado

es fuerza, melodía invisible.


Y así, entre sombra y claridad,

me quedo con la eternidad

de haberte amado sin medida…

aunque nunca fueras mi vida.

The End

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Un brindis por lo que sospechamos